viernes, 28 de noviembre de 2014

La noche

La noche siempre me resultó nostálgica el sonido de las calles lentamente se va apagando, los motores dejan de soltar su smog, las fábricas detienen sus maquinarias, los pájaros descansan su trinar, solo algún perro viejo ladra a lo lejos.

La melodía de la vida entra en un receso invernal, todo se traduce en un silencio oscuro, el viento sopla suavemente, las hojas de los árboles se mecen al compás.


La noche está llena de soledad que aturde mis oídos sentirla sin vida, unas campanas se escuchan golpeándose entre ellas, algunas de metal otras de caña, y así la madrugada se abre paso entre las sábanas frías de tabúes, unas miradas se ven a lo lejos bajo la luz de una farola solitaria que espera inerte la llegada de la mañana y ver, una vez más sorprendida el amanecer del sol.


Amelia Orellano Bracaccini

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