domingo, 31 de agosto de 2014

Estas conmigo

Y si te dijera que no te extraño, porque estás conmigo en  todo momento acompañando cada paso de mi vida, con tu esencia esa que impregnaste en mí y no se me quita, con tu candor de varón regando cada espacio, cada rincón de mí ser.
La vida me ha depositado en tu regazo una noche tibia cuando la luna alumbraba con sus pupilas alimentando a las luciérnagas en su vuelo, y sentí tu tímido aliento al cubrirme con tus manos mis sueños y te abracé te sentí mi dueño.




Amelia Orellano Bracaccini 

sábado, 30 de agosto de 2014

Porque

Porque no me sorprende pensarte
a cada instante,
siendo tú mi mayor anhelo,
te amo en el horizonte,
y en el vertical de mi palabra,
huyendo de la realidad de mis
pensamientos,
como quien huye de la tristeza…
Porque tu amor me pesa, en lo mas
hondo de mí ser,
te amo en lo incierto
en la verdad,
en lo inverosímil,
y lo real…
Porque quererte  duele,
Y me ahoga en la nostalgia de esperarte,
en el desconsuelo de no tenerte,
cubriéndome con la incertidumbre
de la distancia…
En la intemperie de mis sueños,
el frío penetra mis huesos,
y tu amor,
no me calienta…
Porque no estás aquí para amarme,
y tomarme en tus brazos,
lejos de mi vida,
lejos del tiempo…
¿Porque si el mundo es un pañuelo,
la melancolía me recuerda,  que
no puedo poseerte?
Porque me ahogan las lágrimas,
y mis palabras se desvanecen,
y te pienso,
lamentando la lejanía
y tu ausencia…
Aquí donde el hombre
descubre sus pasos,
y el aliento suprime el espacio
de tu voz una y otra vez…
Aquí donde la noche duerme
su muerte, te necesito,
¿Eres real amor?




Amelia Orellano Bracaccini








Sentidos dentro de mí

Un encuentro de emociones se lleva a cabo dentro de mi pecho, como callarlas si en todas partes figura tu nombre, tu nombre con cada sílaba, cada vocal resbalando por mis labios, saltando hacia una convención en donde nadie ha faltado, cada apacible sensación asiste instalándose sin encontrar obstáculos, cada puerta abierta sin picaportes, cerrojos ni candados.
 A los ventanales les he quitado las bisagras y también los vidrios y cortinas, para llenar todo mi espacio contigo para derramarme e inundarme de ti, de lo que en mi produces desde, donde, cuando y como te amo.
 Esculpí tus superficies en mis zonas geográficas en busca de las latitudes de tu piel, y me elevo soñando contigo transportándome a tu abrigo, al resguardo de tus fantasías, cegándome en tus instintos primarios.
  He desbordado de amaneceres junto al gorjeo de los pájaros, al perfume de las flores silvestres a las sirenas del viento que me concilian con tu canto, con tu yo, en un concierto de alfileres cayendo, tintineando sobre las mansas aguas.
Tarareo tu nombre despacio, tan largo y sonoro que mi voz da lugar al nacimiento del silencio empatizando con mis lados todos, que solo piensan y se colman de tu presencia tan presente en mi memoria a toda hora.





Amelia Orellano Bracaccini



viernes, 29 de agosto de 2014

Te vi

 
Caminaba por la vida en una

búsqueda 

exhaustiva de la nada

 y te vi, te vi, si a vos,

 y algo muy dentro me dijo

 que valías la pena,

 y afloje mi marcha.





Amelia Orellano Bracaccini

jueves, 28 de agosto de 2014

Hoy

Hoy te siento tan presente
 en mi vida en mis espacios,
 en mi mente que no deja
de soñarte de dibujar cada
trazo de tu cuerpo,
tan tuyo y mío en cada suspiro
te siento palpitante,
hoy he recorrido tu imagen
coloreando con mis besos,
con mis manos,
con mis deseos deshonestos
febriles e intensos,
hoy mi cuerpo escuchó tu llamado,
y acudió a tus brazos,
a tus infiernos a tus sabores,
esos que anidan en mis labios
que los muerdo los amo,
hoy mi vida te he rozado,
con mis letras con mis trazos,
estremeciéndome añorándote,
se embelesaron mis párpados,
mi cintura, mis vértices con
cada centímetro de tu nombre,
con su peso en mi alma,
en mi razón, en mi sonrisa,
en cada alegría que en mi produce
nombrarte abrigarte con mis palabras,
destaparte desnudarte ante mis ojos,
esos que te miran enamorados,
que se fusionan con tu mirada callada
tan atenta como la arena en las playas,
avanzando lentamente sobre las rocas,
moldeándolas, creando figuras
incitando a los versos,
inspirando los recuerdos esos que
aparecen en los sueños cuando
nos soñamos,
cada noche amándonos
acercando continentes
cambiando las geografías
vaciando los océanos,
abriendo senderos que nos
alivianen el camino
para llegar a vos, a mí,
a nosotros,
donde podamos pronunciar
muy bajito los te quiero,
me quieres, te amo,
sin pronunciar palabra
solo sintiéndolo en la esencia
en las almas que desbordan
de esperanzas…



Amelia Orellano Bracaccini

lunes, 25 de agosto de 2014

Tus manos

Cual Penélope tejo ilusiones en mi mente,
en un sueño dormido  en la lánguida tarde,
rodeada de ausencias descubro tu nombre,
lo escribo en los muros de mis pensamientos,
Cartas arrojadas  al viento me hablan de ti,
de tu mar, de tu olas acariciando mi orilla,
hoy la bombilla me trajo el sabor de tu boca
lascivo y misterioso crisol de angustias,
molinos de espigas vertientes  en los manantiales
de mi piel,
 arden en las comisuras de los vértices,
tus manos, tus manos,
laboriosas brindan jubilosas  los rayos ascendentes de tu noche,
noche que proyectas mi humilde figura en tu voz nocturna,
 mi pluma te dibuja a la luz de la luna
 farolas ardientes  en la mañana naciente del sur,
tus manos, tus manos,
al escribirte se desnudan mis párpados
y sangran los ríos de pupilas ansiosas,
hoy mi sueño despierta anhelos en las llamas
de tu mañana temprana,
destilando  aromas tus rosas que llegan hasta mi cama,
 se cuelan danzantes y altivas tu gloria emanan
en los grises se estampan tus sábanas,
mis sábanas corroídas de no tenerte,
espero  tu rocío en los jardines de mi invierno
cultivando silencios miro hacia tu cielos,
nubes fugitivas moldean tu rostro,
tu cuerpo todo primavera,
tus manos, tus manos,
laceran mis penas anunciando desvelos,
diamantes tus besos tus cabellos
tus secretos, tus manos.




Amelia Orellano Bracaccini 

sábado, 23 de agosto de 2014

Sonrisa


-¿Porque te recuerdo como algo muy lejano, como si la niebla te hubiese borrado, como si en alguna parte de mi memoria te hubiese visto, en algún espejo, en cierta mirada, como un sentimiento ajeno casi irresistible armonioso pero lejano, porque me invade la angustia al pensarte, nunca te quedaste siempre te fuiste para ser lejana, para ser de otros y nunca mía?

-Sabes, creí reencontrarte, te abracé dulce y tiernamente para no dañarte, también por miedo ahuyentarte, en el abrazo te sentí tan cálida y extraña,  sin saberlo, sin comprender como retener ese sentimiento tan profundo y frágil, te sentí muy dentro y quise conservarte...

-Te alimente e intente fusionarme contigo unirme a tu abrigo  que fuésemos una en el tiempo presente con miras al futuro, y olvidarme del pasado de ese ayer tan lejano y presente, en mi rostro, y mis manos que te buscan que te esperan que te sufren.


-Mi boca, mi boca que envejece a cada momento sin gesticularte, sin besarte con un suave roce  húmedo de mis labios que te sueñan...


-Ya ves lo importante que sos y has sido siempre en mi vida, que no te tiene pero te recuerda de otros tiempos, en otras bocas en otras gentes.


-Sin importar que hubieras partido de mí, no saldrá ninguna queja ni reclamo alguno, solo ven, siéntate a mi lado, no tomes mi mano si no quieres, conserva tu elegancia y  arrogancia en tu  lugar.

-Permítete llegar muy despacio casi lentamente, y veremos juntas asomar el alba y disfrutaremos de la salida del sol, en ese preciso instante cuando el cielo cambia su color y da paso a lo hermoso a lo vívido...


-Solo un pedido sincero desde el fondo de mis entrañas te haré...


-¡Por favor quédate! -Quédate a mi lado… 

-Y, juntas veremos asomar el alba cuando el cielo cambie sus colores ahí te querré conmigo para siempre y por siempre, se lo entenderás, lo veo en tus ojos tan amargos sin mí.

viernes, 22 de agosto de 2014

Por ti

Es a ti a quien mi alma venera
en la dulce espera de tus besos,
por quien desgarra sus ropajes
cargando el equipaje de extrañarte
con el aliento perdido casi sombrío
junto a las aguas del río te espero,
con la sangre de mis penas
se recargan mis venas recorriendo
los cauces de tu condena.
¡¿Por qué me has sentenciado?!
¡Oh, mi dulce y tierno amor!
Mis labios susurran tu nombre,
en el altar de mis sueños
donde tu amor es eterno,
donde no existe el tiempo
corroyendo los momentos,
cuando por ti mi corazón se agita,
y en mis labios urge la prisa
por besarte y entregarte mi calor.
Dulces sueños dónde vienes a mí
con tu matiz inocente, transparente
Y sensualmente apasionado,
contigo me siento impulsiva e irreflexiva
como una niña ilusionada que se enamora
por primera vez,
por ti he recobrado la sonrisa
Y el sabor de la esperanza endulza
mis mañanas junto a la fragancia
del alba y la suavidad de la brisa
que seducen mis pupilas con tu imagen,
esa que me acompaña en todo y cada
momento, porque ella entiende
lo que por ti siento.
Por ti he recobrado la sonrisa,
Y mis estados se columpian en
un vaivén de sentidos hambrientos,
risas y llantos en un conjunto de
extrañarte y amarte a cada instante…

sábado, 16 de agosto de 2014

Mi obsesión

Siento que mi amor por ti, se está transformando en una obsesión, dulce y cruel obsesión que lacera mi alma, y me consagra a la redención de amarte denodadamente, sin importar nada más, solo tú y yo.


Te quiero fértil
 cultivando mis tierras con tus manos,
desérticas de ti,
 de tus riegos,
 de tus soles,
 de tus penetrantes cuidados,
te quiero fruto mío,
 apasionadamente despacio,
socavando orgasmos,
 gemidos y aullidos acalorados,
 te quiero amante lujurioso de mi piel,
de mis besos,
 de mis brazos,
 te quiero,
 dulce y lasciva,
 perdición de mi razón…



Amelia Orellano Bracaccini



Así te amo

Voy  a cerrarles las ventanas al olvido,
para recordarte, para recordar que debo
recordarte, extrañarte, pensarte, soñarte,
voy a abrir las puertas a ti, de ti, de mí, de
nosotros, de nuestras horas, para amarte
denodadamente, incansablemente,
irresistiblemente, e inconfesablemente,
porque somos nosotros con nuestros deseos,
con tus deseos que no confiesas, pero sientes,
anhelas, lo sé, lo presiento, cuando te expresas,
tus palabras me lo dicen, que  me sueñas en tus brazos,
con mi piel húmeda en tu regadera, en tu cama,
junto a tus besos, en tus jardines, sobre tus piernas.
Hoy voy a esperar a que vengas a mi mente,
de una u otra manera, sé has de extrañarme,
como lo hago yo, sin intensión,
con premura de ti, de tu piel nueva,
voy a confesarte que he imaginado tu rostro,
cuando en mi piensas, ilusionándome con la idea
de que unas llamaradas incendien tus retinas,
y corra en ti la urgencia, la prisa para hablarme,
mimarme ,consolarme con tus ansias, con tus manos
recias, con tu aroma a madera,
voy a confesarte  que cada noche te sueño a mi lado,
y que juntos conversamos y reímos, del tiempo,
de tu tiempo que no es el mío, de mis tiempos,
que van más a prisa, porque ya sabes…
Mi piel que ya no es mía siente codicia,
de tus yemas recorriendo mis veredas,
cada curva, en la densa niebla de mis
caminos sinuosos, de mis espacios vacíos,
he decidido ya nunca más engañarte,
 ni engañarme creyéndome olvidarte,
solo dejarme llevar por ti, a ti, junto a ti,
de todas las formas posibles, porque
así lo quiero, así te quiero, así te amo.



Amelia Orellano Bracaccini. 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Necesidad de ti

Como me  duele quererte
y no tenerte,
tu allí,
yo aquí,
dos almohadas vacías,
sedientas de nuestros aromas.
Me haces falta,
en mis mañanas,
cuando la lluvia golpea mi ventana,
mojando mis entrañas,
con tus ausencias,
con tus silencios,
con mi espalda desnuda,
con tus besos,
 esos que no tengo,
sobre mi cuello,
pero que recuerdo,
en mis sueños,
como suenan en mis labios,
como golpean mis adentros.
Tengo necesidad de ti,
de tus atardeceres,
junto a mis horizontes,
a mis risas fugases,
efímeras,
bajo la luz de la luna,
dándoles formas a las estrellas,
caminando hacia nuestros deseos,
los que se encienden,
con tus holas,
con tu amor,
con mi amor por ti,
con tus comas,
con tus tildes,
con tus rimas,
con tu sonrisa.


Amelia Orellano Bracaccini


martes, 12 de agosto de 2014

Te amo

Con la ilusión de tocar el cielo con las manos es que me atreví a soñar contigo, sí, sí, me atreví, y me atrevo, loca e insistentemente a soñarte cada día, porque eres ese radiante ser, que ilumina mi vida, haciéndome renacer cada amanecer con un saludo, una dulce caricia de inmenso amor, colmándome de intensa pasión, espero  fervientemente la hora de tu llegada, tu venida hacia mí, a mis madrugadas…


Las horas se agitan estrepitosas,
crujientes y los hacendosos ecos invaden los silencios,
aturdiendo los sonidos de la noche,
a lo lejos sucumben los sueños,
renaciendo en los amaneceres,
con tu dulce caricia colmándome de pasión en la blanca espera,
eres el beso ebrio que marea mi conciencia,
delirante,
leal seguidora a tu llamado.
Y  llegas,
llegas,
con tu sonrisa amplia,
narcótica,
y me deleito,
me sumerjo lentamente,
pausada mente entre tus brazos,
tuya,
siempre tuya,
amor de mi vida,
hechizo dulce y cruel con el que me han encantado,
tus ojos,
tu mirada tierna,
tú voz,
que arde en mi interior con la fuerza del viento.
Y té espero,
Sí, te espero,
¡Cómo te espero!,
llamándote,
extrañándote,
calladamente,
con la voz de mis silencios envueltos en llamaradas febriles,
noche,
infierno que moldeas  mi existencia,
y me llevas,
a navegar entre tus aguas.
Bendigo cada latido agitado,
cada suspiro,
cada incendio que es provocado por tu sola presencia,
amor,
mi amor…


¡Cómo te amo y te seguiré amando!
Porque mi ojos te vieron,
y mis sentidos cayeron rendidos al encanto de tu alma…



Amelia Orellano Bracaccini





sábado, 9 de agosto de 2014

De extrañarte

La marea me trae tu canto junto a la sal de tus pasos que profesas  lentos como el tiempo, cuando te recuerdo,  único, primero, tu rostro, tu rostro, gravado en las retinas seducidas
a tu antojo  por las arenas de tu piel, tu piel virtuosa que me induce al lamento hambruno de poseerte al abrigo de mis febriles brazos, el invierno prepara sus maletas robándole sueños a la noche, postergando nuestros deseos de encuentros   bajo el marco tenue  de la luna nuestros goces, nuestras caricias, madrugadas y mañanas húmedas ,nuestros todos los momentos, tuyos, míos complaciéndonos.
La tarde muere despacio y los últimos rayos dibujan tu nombre saboreando el calor de mis labios, nombrándote muy despacio, pausadamente agitada como la negrura que asciende sus lazos galopando los espacios vacíos de tus manos, tus manos consumidas por llamas, cenizas esparcidas en el ocaso de tu diáfana mirada.
Te siento como a la brisa cuando roza mis cabellos enredándolos, uniéndolos, meciéndolos en zigzagueantes velos envolviendo mi cuerpo con tu aliento dulce horizonte ambrosía de mi alma cautiva de quererte y anhelarte en sentimientos.
Apoyada en el brazo de la noche te pienso, argumento que impulsa mi vida, avivando el fuego de extrañarte de ahogar mis locuras en  suspiros.


Amelia Orellano Bracaccini


jueves, 7 de agosto de 2014

Hoy me siento feliz, o solo es por el estado de enamoramiento.

Hoy me siento feliz, inmensamente feliz porque sé que él me ama de una manera muy limpia  blanca, buena, mis endorfinas a full, es un ser especial  hasta diría casi inocente, sí así lo siento, ajeno a toda maldad y contaminación del mundo, con una brillante luz a su alrededor como si fuese un ángel celestial, y si fuese así que vendría a ser yo, como una especie de demonio tratando de corromperlo con mis atributos, con mis deseos que no son pocos,  no, no creo que así sea, solo es mi amor,  con unos valores como muy pocas personas, por lo menos que yo conozca, porque uno no llega a conocer a todos solo generaliza, pero si de algo estoy segura es que él es único, a veces quisiera que se equivocara, que cometiera algún error para no sentirme tan imperfecta cuando estoy con él.
¿Estará bien ser inconmensurablemente  feliz, cuando todo esta tan revuelto, cuando solo hay tristeza y dolor a mi alrededor?  Hace tiempo dejé de mirar los noticieros, por el simple hecho o como excusa para no ver lo que sucede, si, porque aunque no los vea, o decida mirar hacia un costado no cesan, y cada vez es peor, y me siento la peor la más egoísta  e hipócrita de todos.
De niña pensaba que si era infeliz sería por alguna razón muy aceptable, por ejemplo, si dos personas son felices, en otro lado del mundo alguien debiera equilibrar la situación, así de esa manera iría surgiendo un control, como una estabilización una simetría. ¿Se podrá llevar el registro de la felicidad? Cuántos son infelices, cuántos no, a quien le corresponde la repartija.
Luego uno crece y con ello “los porque a mí,” “que habré hecho”, y tantos que uno va perdiendo la cuenta y nos vamos cegando a los momentos felices que la vida nos regala.
Qué momento  más  complicado y jodido el de estar enamorado, es como hacer un retroceso y volver a la adolescencia, (sin los signos visibles por supuesto), por la mañana sos enormemente feliz, y por la tarde no sabes cómo te sentirás, y te lo cuestionas todo, y te sientes re tierno, de pronto ves que los pajaritos fabrican sus niditos, cuando antes ni te percatabas de dónde vivían, o como, hasta llegas a llorar de la emoción, piensas en esa avecilla tan pequeña recorriendo el mundo en busca de esa ramita o pajita que rellene su espacio donde florecerá el amor junto a su compañera y sus pichones.
Lo auténtico y real es él, con su humanidad toda, que contagia, inspira, su nobleza que lo hace soportar mis estados de ánimos, su alegría de vivir, su sonrisa que me enloquece y hace que me pierda en el laberinto de su mirada, cada cosa a su alrededor es mágica, como una especie de hechizo o velo que convierte todo, que todo lo cambia.
Hoy soy terriblemente feliz, y todo gracias a su amor.



Amelia Orellano Bracaccini
  



miércoles, 6 de agosto de 2014

Para amarte

Amamanto un tiempo de esperarte
entre rosas y jazmines
entre los confines de tu huerto,
anhelando  al fin el tiempo de su cosecha,
amaso entre mis labios
tus primaveras en mis inhóspitas tierras,
con  manos raídas sabor a menta,
y yerba mate,
de solo esperarte hablan mis labios
recelosos de otras bocas,
en tus febriles besos
¿ Acaso, que  tienes corazón, que has hechizado mi razón?
 derrotando mis barreras,
Invadiendo mis fronteras y adueñándote de sus
campos reservados para amar,

para amarte de una manera universal.


Amelia Orellano Bracaccini

lunes, 4 de agosto de 2014

Te amo




te amo con locura,
con la intensidad
de la pasión que
desborda creando
magias en la piel,
susurrando besos
de miel en mi cintura,
de papel,
dibujando escenas
en la longitud de mis
piernas  hechas para vos,
te amo con atrevimiento
con la sutileza del aroma
que recorre tu cuerpo
y mece el andén de mi sostén,
te amo desde siempre,
para siempre donde estés
tuyo son mis versos,
mis ocasos y amaneceres,
contigo sueñan mis abrazos
y mis floridos besos rojos pasión,
tuya es mi alegría
junto a la fortuna de tenerte,
y saborear la riqueza que
produce el quererte.



Amelia Orellano Bracaccini






domingo, 3 de agosto de 2014

Tu mirada


Una brisa fría se deposita en mi rostro y me trae abruptamente al presente, al presente sin tu recuerdo, ese recuerdo que bien recuerdo, esos ojos de un diáfano cielo, esa mirada, tu mirada la que siempre me miraba sin decir nada, la que solo me observaba atentamente, cada gesto y movimiento que  realizara, acomodándome disimuladamente el cabello, humedeciendo mis labios para decirte muy  dentro mío - hola, un hola deseoso de salir, de ser escuchado por tus oídos, esos que tienes muy cerca del rostro que solo los conocen los sonidos, esos que aguardaban por mis palabras calladas, las que por timidez agonizaban cada vez que frente mío estabas, esas  llenas de preguntas sin respuestas, esas que se complotaban
Y a otros hablaban y sonreían, esas que ambos esperamos junto al tiempo, el tiempo que no esperaba que solo pasaba corriendo una carrera interminable sin vallas ni marcas de salidas, ni banderas ni fiestas de ceremonias, ni metas, esas de las que nadie desea ser partícipe, esas de las que todos huimos  descubriendo al final que solo es parte del destino, nuestro camino, un camino revestido muchas veces de alfombras multicolores otras solo llenos de baches, baches que forman agujeros intransitables en nuestras almas, almas que sienten tu ausencia, esa que me miraba, que no me hablaba, que  me esperaba.





Amelia Orellano Bracaccini