Deambularé
desorientada por los senderos
de este
aguacero enero,
surcando
con mis manos las cuerdas de un melódico regazo,
ardientes
y nostálgicas mañanas
sobre
mi almohada barranco,
húmedas
sábanas que se escurren por dentro de
mis piernas,
librándose
al libre vuelo gris del cielo,
que
asoma por mi ventana
blanca como tu cara,
nevada
que derramas penetrando mis fantasías
roce
sutil tus pestañas por las líneas de mi espalda,
rumores
que navegan con tu lengua de plata,
susurrante
de versos por el delgado cuello.
Hoy he
visto tu mirada hundida en el silencio
tu boca
callada duerme náufrago del tiempo,
detuviste
las horas tragando las palabras,
arrastrando
contigo este amor que llevo dentro,
desmembraste
cada beso,
enterrándolo
en el recuerdo,
emigraron
los pájaros de mi sonrisas
desplegando
sus alas en tu nombre.
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