lunes, 22 de diciembre de 2014

Para recordarte


-Hoy te pensé, para recordarte, traerte hasta mí sin tu permiso, saberte,  hallarte en el tiempo que no se detiene y nos mantiene cautivos en el (ayer, hoy o mañana)

-Ya no sé, si eres presente, o ayer en mi mirada, hace instantes eras mi llama, mi deseo auténtico, una vida llena de ausencias y dolores en el alma que petrifica y desgarra.

-Te busco en mi recámara callada, aturdida de silencios, donde no estás, donde anhelo tu aroma, el fruto que sembramos en la nada, te busco, por debajo de las sábanas, sobre el ribete de la almohada vacía de ti, de tus besos que me besan dulcemente en mis sueños, cuando te toco, suavemente rozo tu rostro con mis dedos, que te escriben y desgranan tus gestos apacibles.

-Te llamo con mi boca ansiosa que humedece los labios, para nombrarte acariciarte con las palabras que robé de tu nombre, tu nombre que seduce y adormece mis sentidos, agitando mis latidos como un alarido excitante, corriendo sobre los cauces de mis ríos, de sangre ardiente como lava derramada, sobre tu espalda, tu torso que no conozco y he mordido, tantas noches desvelada.

-Te visito cuando duermes, con tus ojos cerrados, tomándote de tu mano, te invito a recorrerme y te cuelas en mis sueños, bebiendo haciéndonos uno, en una fusión de cuerpos y mentes.

-Estás presente, en la lluvia, que se mece para mojarnos deslizándose lentamente por las vertientes, hasta tus playas, tu arena que por las tardes oye tus penas, suspiros y pedidos de amor para llenar tu corazón que siente frío, necesitando mi abrigo, o el de otros brazos, quizás, (no afligidos, triunfantes)

-¡He maldecido y bendecido loca y ciegamente con mi vida, el haberte conocido! Abriste tú... Las puertas de un corazón dormido, y las cerraste  hundiéndome  en el lamento de extrañarte, en la incertidumbre de no llegar a tenerte entre mis brazos, cada noche cuando cierro los ojos, mi corazón y latidos se detienen para buscarte en las profundidades de mi alma.


-Hoy y cada día te pienso intensamente, para no olvidarte y verte partir hacia el abismo de mis pestañas, suicidándote en mis retinas, desvaneciéndote en mis lágrimas  saladas como el agua de tu mar…








Dos cuerpos fundiéndose
            en la nada... 

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