Al leerlo, pude oír su voz susurrando a mis oídos mientras plasmaba sus letras, inmortalizando sus pensamientos, abriendo su alma, dejándose ver, sus sentimientos a flor de piel, se complementaban con la lectura de sus prosas, un nuevo rostro, una nueva historia, la sensibilidad en creyendo, inspiraban a seguir y así una y otra vez, su mente volaba soñando con otros mundos, con otros sueños por conocer...
Amelia Orellano Bracaccini
(Imagen descargada de la web)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario