El sabía como seducirla, como dibujar una sonrisa en sus labios, todo lo entendía porque sentía su amor a través de sus palabras
el leía su alma enamorada, la hacía feliz solo con su llegada, podía verla renacer de sus ocasos porque el le daba vida, el era su alegría su sueño más bonito, era por quien había esperado durante tanto tiempo... Se sabía su dueño, su amor con cada letra y sentimiento que esas cinco letras encerraban, le decía princesa y ella flotaba en un mar de nubes blancas...








Amelia Orellano Bracaccini

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