De repente se percato de que nada era como lo creía, sus sueños fluían al compás del viento, las imágenes se difuminaban, y en su corazón algo nuevo estaba por nacer, sentía miedo, temor por abandonar el ayer, y un hilo de esperanza la hacía sentirse valorada e inspirada, arreglo sus cabellos, coloreó su rostro, y se invitó a vivir...
Amelia Orellanpo Bracaccini
(Imagen descargada de la web)
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