Un encuentro de emociones se
lleva a cabo dentro de mi pecho, como callarlas si en todas partes figura tu
nombre, tu nombre con cada sílaba, cada vocal resbalando por mis labios,
saltando hacia una convención en donde nadie ha faltado, cada apacible
sensación asiste instalándose sin encontrar obstáculos, cada puerta abierta sin
picaportes, cerrojos ni candados.
A los ventanales les he quitado las bisagras y
también los vidrios y cortinas, para llenar todo mi espacio contigo para derramarme
e inundarme de ti, de lo que en mi produces desde, donde, cuando y como te
amo.
Esculpí tus superficies en mis zonas geográficas
en busca de las latitudes de tu piel, y me elevo soñando contigo transportándome
a tu abrigo, al resguardo de tus fantasías, cegándome en tus instintos primarios.
He
desbordado de amaneceres junto al gorjeo de los pájaros, al perfume de las
flores silvestres a las sirenas del viento que me concilian con tu canto, con
tu yo, en un concierto de alfileres cayendo, tintineando sobre las mansas
aguas.
Tarareo tu nombre despacio,
tan largo y sonoro que mi voz da lugar al nacimiento del silencio empatizando
con mis lados todos, que solo piensan y se colman de tu presencia tan presente
en mi memoria a toda hora.
Amelia Orellano Bracaccini
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