para recordarte,
para recordar que debo
recordarte,
extrañarte, pensarte, soñarte,
voy a abrir las
puertas a ti, de ti, de mí, de
nosotros, de nuestras
horas, para amarte
denodadamente,
incansablemente,
irresistiblemente,
e inconfesablemente,
porque somos nosotros
con nuestros deseos,
con tus deseos que
no confiesas, pero sientes,
anhelas, lo sé, lo
presiento, cuando te expresas,
tus palabras me lo
dicen, que me sueñas en tus brazos,
con mi piel húmeda
en tu regadera, en tu cama,
junto a tus besos,
en tus jardines, sobre tus piernas.
Hoy voy a esperar
a que vengas a mi mente,
de una u otra
manera, sé has de extrañarme,
como lo hago yo,
sin intensión,
con premura de ti,
de tu piel nueva,
voy a confesarte que
he imaginado tu rostro,
cuando en mi
piensas, ilusionándome con la idea
de que unas
llamaradas incendien tus retinas,
y corra en ti la
urgencia, la prisa para hablarme,
mimarme ,consolarme
con tus ansias, con tus manos
recias, con tu
aroma a madera,
voy a confesarte que cada noche te sueño a mi lado,
y que juntos
conversamos y reímos, del tiempo,
de tu tiempo que
no es el mío, de mis tiempos,
que van más a
prisa, porque ya sabes…
Mi piel que ya no
es mía siente codicia,
de tus yemas
recorriendo mis veredas,
cada curva, en la
densa niebla de mis
caminos sinuosos,
de mis espacios vacíos,
he decidido ya
nunca más engañarte,
ni engañarme creyéndome olvidarte,
solo dejarme
llevar por ti, a ti, junto a ti,
de todas las
formas posibles, porque
así lo quiero, así
te quiero, así te amo.
Amelia Orellano
Bracaccini.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario